Iglesia de San Juan Bautista
El primer templo del que tenemos constancia data de las primeras décadas del siglo XVI y se construyó sobre un pequeño promontorio llamada “El altillo”, un lugar alejado del cauce de las insalubres aguas que atravesaban longitudinalmente La Cañada. Concretamente es en este mismo punto donde más tarde se construyese el templo parroquial. Está documentado que a partir de 1674 el cantero Sebastián Pérez de Ris se hace cargo de la obra de la torre, muere el 11 de enero de 1675 posiblemente a consecuencia de un accidente laboral y sus restos reposan bajo la iglesia parroquial. Continúa los trabajos Juan Ruiz de Ris, a quien también se le atribuye la construcción de la ermita de la Virgen de la Cabeza en 1683.
La iglesia ofrece una planta de cruz latina, propia de la arquitectura religiosa de los siglos XVII y XVIII. Tiene nave única con cabecera plana, cúpula en el crucero y capillas laterales, de las cuales son originales del momento de su construcción cada una de las situadas a cada lado del primer tramo inmediato del crucero.
En la actualidad presenta un aspecto distinto al que tenía principios del siglo XVIII, ya que han sido varias las reformas que ha sufrido, especialmente la derivada del derrumbamiento de su bóveda en 1846, por cuyo motivo tuvo que ser reconstruida en su mayor parte. La nave principal tiene una cubierta de bóveda de aristas, mientras que en el crucero presenta otras de lunetos, que debió ser el modelo de bóveda que tuvo originariamente antes de su reconstrucción.
El modelo de edificio corresponde al tipo de templos jesuíticos: planta de cruz latina, nave única, capillas laterales unidas entre sí y cúpula en el crucero.
Del último cuarto del siglo XVIII es la capilla de los Ochando, en el lado de la Epístola. Es de estilo rococó, tiene planta cuadrada con doble acceso: uno a la capilla mayor y el otro al crucero. Lo más peculiar de ella son sus arcos de esviaje hechos con la intención de conseguir una mayor visibilidad entre dicha capilla y la nave del templo. Sobre sus paredes se destaca un mural con el escudo de armas de esta familia de hidalgos y hacendados de Casas Ibáñez.
Las guerras y contiendas del XIX obligaron a reconstruir la Iglesia, las obras se pudieron llevar a cabo gracias a la tenacidad de dos hijos de Casas Ibáñez; Santiago García Clavero, comerciante residente en Valencia, y Alonso Giménez, vecino y comerciante en La Habana. La obra exigió del esfuerzo de toda la población. Concluidas las mismas, el Ayuntamiento solicitó al Obispo de Cartagena que en agradecimiento a la gestión (refiriéndose a Santiago García), declarase a Santiago el Mayor como titular segundo y patrono de esta villa. Así, y mediante esta petición, el Obispo concedía el privilegio de que Santiago el Mayor fuera el segundo patrono del lugar, debiendo figurar su imagen en el retablo mayor de la iglesia a la derecha de San Juan Bautista, su primer titular.
En cuanto a sus imágenes y objetos de culto destaca un Cristo de marfil y “madera de palo santo” de escuela italiana que es el llamado Cristo de los Misterios. Reseñar también unas crismeras del siglo XVII, una custodia de estilo rococó en plata dorada de escuela madrileña y otra neoclásica de finales del XVIII. Cuenta también la un Cristo tallado en madera del siglo XVII que se venera en la capilla situada a la derecha de la única nave inmediata al crucero y que fue donado a la parroquia por una familia ibañesa.
Fuente: La Iglesia Parroquial San Juan Bautista de Casas Ibáñez, de José Manuel Almendros Toledo.